miércoles, 6 de abril de 2011

Libertad

La libertad es uno de los valores fundamentales de los que dice defender el neoliberalismo, que no es sino una vuelta al capitalismo en su versión más pura. Se habla de libertad económica, libre mercado, libre comercio, contratos libres…
Según la visión capitalista, un acuerdo libre se produce cuando dos personas llegan libremente a intercambiar una cosa por otra, y por ello se defiende que el estado no debe poner normas a esos intercambios, hablando de flexibilidad del mercado cuando en realidad piden la eliminación de las normas que lo regulan.
Ahora bien, supongamos una sociedad con dos personas, una de las cuales es propietaria de todos los medios de producción, tierras, materias primas y alimentos, y la segunda persona posee, tan sólo, su fuerza de trabajo. La segunda persona tendrá que trabajar para la primera, ya que de lo contrario no tendrá posibilidad de acceder a nada, ni siquiera a los alimentos. Por otra parte, a la primera persona le vendrá bien la ayuda de la segunda, y querrá que le ayude, pero en caso de no ser ayudado no le supondrá un grave problema ya que en principio tiene acceso a alimentos y otros bienes materiales que le pertenecen. En principio cada uno intentará salir lo más beneficiado posible. Sin embargo, ¿qué pasará si no llegan a un acuerdo? La primera persona no obtendrá los beneficios de tener la ayuda de la segunda, pero esta probablemente morirá de hambre. Ante tal panorama, parece claro que la más obligada a llegar un acuerdo será la segunda, y que en última instancia, aceptará trabajar cuanto tiempo haga falta a cambio del alimento mínimo indispensable para no morir de hambre.
¿Es esto justo? ¿Sería ese acuerdo un acuerdo libre? Bajo mi punto de vista, dicho acuerdo es como si alguien estuviera poniendo una pistola en la cabeza a la segunda persona para que aceptase el trato, y para que haya un acuerdo libre no debe de haber coacción.
Habrá quien piense que esta es una situación ficticia, que no existe en la realidad. Pero sólo hay que ponerse a pensar en todas esas familias que existen en cualquier sitio, en que todos sus integrantes están en situación de desempleo y no disponen de ningún ingreso. ¿No se parece la situación a la de la segunda persona del ejemplo? Añádanle además que en la realidad, esas personas no sólo tienen que comer ellas, sino que tienen que llevarles comida a sus hijas e hijos, y en una amplia mayoría tienen aún que pagar la hipoteca de su piso. La realidad muchas veces supera a la ficción, ¿no se ven estas personas obligadas a aceptar cualquier trabajo, a cualquier precio, con tal de llevar algo de comer a su boca y a la de su familia? Y es por eso que se hace necesaria la regulación del salario mínimo, la prestación por desempleo, la indemnización por despido o la limitación de la jornada laboral máxima, para evitar la explotación de aquellas personas que se ven obligadas a aceptar cualquier trabajo por sus penosas circunstancias económicas.
Pero no es suficiente con eso, porque para que exista libertad es imprescindible tener las necesidades básicas cubiertas, porque de lo contrario siempre existirá coacción ante la posibilidad de no tener qué comer o donde dormir. Y por ello, desde aquí reclamo la necesidad de sumar a otros servicios básicos casi universalmente cubiertos en nuestro país, como son la educación o la sanidad, la necesidad de implantar una renta mínima básica y universal, que garantice el acceso a manutención y alojamiento a todas las personas. Y mientras eso no esté cubierto, nadie podrá hablar de libertad y acuerdos libres entre aquellos que poseen los medios de producción y quienes no tienen más que su fuerza de trabajo.
Sé cuál es la siguiente pregunta, y todo esto, ¿cómo se paga? La solución es sencilla, el estado deberá implantarlo y el dinero se obtendrá en el momento en que se lleve a cabo una reforma fiscal progresiva, donde pague más el que más tiene y no el que más trabaja, y donde las rentas del capital no tributen menos, sino más, que las rentas de la clase trabajadora. Porque la labor del estado no es beneficiar o contentar a los poderosos y las grandes empresas como se nos vende día tras día, sino garantizar el mejor nivel de vida posible al conjunto de la ciudadanía.
Y por eso mismo, por la misma naturaleza del estado, debe intervenir socialmente en la economía, es más, debe dirigirla y orientarla al bien de la clase trabajadora, y por ello, el socialismo es la única alternativa para que la libertad real exista. Porque el capitalismo no es ni será nunca más que la libertad para que una clase se imponga a otra. Es decir, la libertad de la clase que tiene la propiedad de los medios de producción de imponerse sobre la clase trabajadora. Y por mucho que se maquille, o parches que se le pongan, el capitalismo está orientado a ese objetivo, y lo único que se puede conseguir es que se note más o menos esa imposición, pero nunca desaparecerá mientras no se acabe con el sistema que provoca la opresión de la clase trabajadora.

5 comentarios:

  1. Muy buena entrada. Una forma de explicar facilmente por qué el capitalismo significa opresión.

    Se nota que tratas con niños =D

    Un saludo.

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  2. No me dejas mucho que aportar, sigue a este ritmo, es uno delos pocos blogs que merece la pena.

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  3. Jejej, bueno aqui dejo mi humilde opinión, ya que soy novata en este tipo de comentarios.
    La verdad que me ha gustado bastante, como dice Alejandro queda muy bien explicado, ya que no contiene tecnicismos.
    Pero falta agregar que por esas razones la clase trabajadora tiene que luchar para conseguir esos objetivos, y alcanzar el sistema socialista.
    Es la clase trabajadora la que tiene que salir a la calle y luchar por esos derechos, por que sino la primera persona de la historia no les va ayudar a conseguir sus finalidades

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  4. Completamente de acuerdo con el comentario de Sol, pero tampoco quise extenderme mucho y menos con eso porque dos entradas antes ya hice una sobre la necesidad de luchar.

    Pero vamos, que me gusta que se hagan aportaciones y estoy de acuerdo. No está mal para ser novata :P

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  5. Por cierto, dejo en enlace a la entrada en la que hablo de la necesidad de luchar

    http://conformistadisconforme.blogspot.com/2011/03/si-la-lucha.html

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