Cada vez estoy más convencido de que vivimos en una sociedad enferma, y a la que de algún modo hay que curar. ¿Por qué? Porque parecemos inmunes a los escándalos, porque actos que resultan bochornosos ante cualquiera que los observe, aquí se convierten en rutinas, donde son pocos quienes protestan, muchos quienes lo observan con resignación y hay incluso quien osa defenderlos. Tenemos numerosos ejemplos de todo esto, pero en los últimos días se dan varios que son dignos de resaltarse.
En primer lugar, se debe hablar de un hecho lamentable como es que en los tiempos de crisis y paro que existen, una empresa como Telefónica (Movistar) decida echar a la calle al 20% de su plantilla a pesar de tener grandes beneficios cada trimestre y, por si fuera poco, tienen el morro de incrementar en muchos millones de euros los incentivos para sus directivos. Y resulta que aquí casi nadie dice nada, como estamos en crisis parece que todo vale y que es lo normal. Sólo un partido político ha dicho algo, y es que Cayo Lara, coordinador general de IU, ya ha hablado de la necesidad de nacionalizar la empresa de telefonía. Y me parece lo más razonable, porque es algo que ya prevé la Constitución y está claro que con actuaciones como esta, Telefónica demuestra que lo privado no es mejor que lo público, salvo para unos pocos.
En segundo lugar, me parece alarmante la decisión tomada con respecto a la "procesión atea" que había convocada para el día 20 de Abril. No sólo no se permite la celebración de la misma, que ya me explicarán a mi el porqué, sino que encima se acusa a los convocantes de ¡terrorismo y genocidio! Sí, sí, han leído bien, porque en este país que año tras año aprueba y permite la realización de manifestaciones fascistas, racistas y xenófobas como las convocadas por DN o en el aniversario de la muerte del criminal Franco, ahora resulta que está mal intentar realizar una procesión atea.
Pero al margen de estos casos, hay muchos más con los que echarse las manos a la cabeza, como el hecho de que se invada Libia para echar a Gadafi cuando hace dos días se le estaba invitando a Madrid para entregarle las llaves de la ciudad, o cuando las armas que usa han sido vendidas por quienes ahora le invaden, dándose además la circunstancia de que todas las intervenciones hechas por la OTAN en los últimos veinte años han sido en lugares donde había importantes yacimientos de petróleo o gas.
Y claro, a todo esto no se le presta la debida atención porque lo realmente importante y que puede cambiar el destino del mundo sigue estando ahí. Y es que, ¿quién necesita preocuparse por la libertad de expresión, la crisis o la muerte de miles de personas cuando tenemos aún otros tres Real Madrid - Barça pendientes de disputarse?
Totalmente de acuerdo con esta entrada. Nos están domesticando con todos sus actos y nosotros una vez mas nos dedicamos a obedecer y callar. Por ello es importante que sigamos sumándonos a manifestaciones y actos contra estas actuaciones.
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