jueves, 31 de enero de 2013

Contra la corrupción, no nos hagamos líos.

Voy a poner aquí un par de comentarios que he puesto en mi facebook sobre la corrupción, que creo definen bastante mi posición ante la misma, completan la entrada que ya hice hace unos días, y aporto mi visión sobre las reacciones que creo debemos tener ante ello, así como algunas inquietudes al respecto.

El primero es una respuesta a la conversación que he enlazado anteriormente (por si queréis conocer a qué contesto):

Creo y acepto que corruptos puede haber en todos los partidos, eso es cierto. Es decir, en IU o en el partido que sea puede haber alguien que entre, se vuelva corrupto y tal, ningún partido está a salvo per sé. Sin embargo hay que diferenciar cosas.
En primer lugar, esto del PP no es que una, dos, tres o cinco personas sean corruptas, sino que es una trama de organización corrupta del partido, que además se niega desde el mismo partido y se tacha de desleal a una persona (del propio partido) que el otro día mandó un burofax a Rajoy pidiéndole explicaciones. Del mismo modo, muchos casos del PSOE son si no tan exagerados, si muy similares (fundación IDEAS, operación Emperador en Fuenlabrada, y muchos casos desde tiempos de Felipe González que curiosamente esas mismas personas siguen formando parte importante de la dirección del partido, empezando por el señor Rubalcaba) y que además en cuanto a cantidad de los descubiertos ya suponen algo de tanta entidad como para tratarlo no como problema aislado sino como algo de partido (aunque del mismo modo, la mayoría de militantes de base del PSOE puedan ser honrados). Por otro lado, en este caso sale también implicada una entidad como Basta Ya, promotora de la formación de UPyD... ¿curioso no? 

En ese sentido creo que IU no está a ese nivel ni de lejos. Cierto es que tampoco tiene el acceso que tienen los dos grandes a esa corrupción, pero también lo es que si se acusa de corruptos a fuerzas políticas por suposición de que en caso de tener oportunidad también lo harían, también puedo decir que tú Luis Miguel Muñoz Sánchez eres corrupto, tú me dirás que no y yo te diré que porque no has tenido oportunidad, porque es la misma lógica. Y yo, ahí, en el discurso de todos son corruptos, todos y todas seríamos corruptos porque el poder corrompe y es inevitable, estoy en total desacuerdo, YO NO SERÉ CORRUPTO NUNCA, nunca utilizaré el dinero público para mi beneficio ni dejaré que alguien compre mis ideales, YO no me vendo. Y por tanto, no voy a aceptar ese discurso nunca. 

Sin embargo, puede ser que a lo que va Luismi sea a que hacen falta cambios para que la corrupción no sea posible, y ahí estoy de acuerdo, hace falta más democracia (para que haya más control ciudadano y transparencia), más inspectores de hacienda, cambiar las leyes que sean necesarias, mejorar la educación para que los ciudadanos tengan las herramientas para ejercer la democracia y el control democrático de sus gobernantes, mejorar las condiciones laborales para que la gente tenga tiempo disponible para dedicar a participar en la democracia... Y ahora va la siguiente pregunta, ¿por qué no se hace todo eso? ¿quienes no lo llevan en su programa o aún llevándolo no lo han llevado a cabo cuando han gobernado? Esos partidos son especialmente dos: PSOE y PP, que son los que llevan gobernando alternativamente los últimos treinta años, y se han dedicado a usurpar la democracia, joder y vender la educación, y hacer reformas laborales y educativas reaccionarias, además de reducir los recursos de los inspectores de hacienda. Por tanto, PSOE y PP son partidos corruptos, por acción y por omisión (aunque en ellos pueda haber personas que sean honradas).

El segundo comentario es la entrada que originó la conversación posterior:

Se empiezan a mover propuestas de manifestaciones y concentraciones contra la corrupción del PP. Evidentemente es un tema importante que es lógico que provoque respuestas, pero se debe tener en cuenta que no es nada nuevo, no es nada que no se supiera (hace un par de semanas hubo concentración por el mismo motivo, de nuevo casi espontánea). Por ello, considero que no debemos quedarnos en la protesta, sino plantear qué se quiere, y no valen las respuestas buenistas en plan "que aclaren lo sucedido" o que Rajoy dimita, porque eso no soluciona nada, no es un problema de uno o dos, es un problema general en el PP que viene condicionado por sus propias ideas y una dimisión a secas sólo significaría que se pusiera otro igual como ha pasado con Ignacio Glez en la Comunidad de Madrid sustituyendo a Espe.
Así, hay que organizar las respuesta, hay que exigir medidas concretas y realizar acciones pensadas y encaminadas a conseguir esos fines. ¿Qué exigimos? ¿Convocatoria de nuevas elecciones? ¿Cambio de la ley electoral? ¿Facilitar las iniciativas legislativas populares y la democracia participativa? ¿Ley de transparencia? Y una vez planteado esto, se determina qué hacer para conseguirlo. 
No podemos seguir haciéndolo al revés, no podemos aplazar los debates, planteamiento y acuerdo de objetivos según las cortinas de humo o el exceso de información que el sistema nos quiera dar. Empecemos a pensar por nosotros mismos y en lo que nos marquemos, y no en lo que nos marquen, porque ese es el primer paso para la libertad. 
A todo esto, quiero añadir que también deberíamos tener claro lo que no queremos y hacerlo explícito. Es decir, yo tengo claro que esta crisis de esta "democracia" (imprescindible poner las comillas) no puede ser solucionada, bajo el pretexto de la corrupción de nuestros gobernantes, ni con un simple cambio de nombres en el gobierno manteniendo las estructuras del sistema, ni con la salida puesta en marcha en Italia, en la que un "elegido" ya sea del FMI, del BCE, de la Troika o del ejército, no elegido de ninguna manera por los y las ciudadanas es quien ocupa el puesto del presidente corrupto (Monti por Berlusconi en el caso de Italia) y ejecuta políticas dictadas por un lobby de presión de la clase dirigente (sean los mercados, los neoliberales o los fascistas). Al contrario, esta crisis debe ser solucionada únicamente con una profundización de la democracia real, pasando de la dictadura del capital a la democracia de la clase trabajadora.

Así mismo, quiero remarcar que si bien los corruptos son un problema enorme, hay que analizar también y resaltar que existen corruptores, porque en los papeles de Bárcenas se menciona a tres constructoras y a Mercadona (sí, esa empresa que a pesar de explotar y amenazar trabajadores y trabajadoras no deja de aparecer en rankings éticos de dudosa procedencia cuanto menos), y habría que analizar quién sale ganando con la corrupción, que son precisamente las grandes empresas y sus grandes empresarios, ya sean financieras, constructoras o distribuidoras, por otro lado claramente relacionadas entre ellas. ¿Por qué salen ganando? Porque si la corrupción no sale a la luz, corrompen a los dirigentes para que les beneficien, para que hagan las políticas y leyes para su beneficio. ¿Y si se descubre? Si se descubre ya se encargan de decir que el poder corrompe, que no hay que dejar tanto poder a los políticos y entonces justifican que el estado deje en sus manos, las de la clase empresarial dirigente, todas las que deberían ser competencias estatales (sanidad, educación, justicia, pero también las que ya han sido transferidas, como la banca, transportes... todo). ¿Y si caen los políticos de su clase, los que les amparan? Pues muy sencillo, ya tratarán de imponer la "solución Italia" que he expresado antes.

Para finalizar, quiero recordar que esto no es más que una cortina de humo, una cortina grave, gravísima y con la que hay que acabar de raíz, pero una cortina que no puede evitar que sigamos reclamando todo aquello que es nuestro, nuestros derechos, nuestras libertades, nuestra educación y sanidad públicas, el cumplimiento de los derechos humanos en cuestión especialmente de derechos de las personas migrantes, las mujeres, personas con discapacidad, el derecho a la vivienda, a un trabajo digno... En fin, que la libertad y la justicia social no son posibles mientras haya corrupción (y por eso hay que luchar contra ella), pero acabar con la corrupción no garantiza de por sí obtener las libertades, derechos y oportunidades a los que tenemos derecho el conjunto de la mayoría social, la clase trabajadora.

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