Payasadas de izquierdas

Hoy es 23-O y va a tener lugar una más de las acciones de Rodea el Congreso. Mi sorpresa llegó ayer cuando trasteando por twitter leo que la convocatoria trata de disfrazarse de payasos y montar un espectáculo por allí. Ante esto, decido acudir a la página de la Coordinadora 25S y leer la convocatoria y acciones que se pretenden realizar. Nada de payasos... ¡espera! Llegando al final de la explicación se explica que hay una acción de la que se les ha informado, pero que tal y como se explica, son acciones que ha decidido un grupo de gente en concreto, como si yo decido ir con mis colegas todos vestidos de Merkel con bigote a lo Hitler, no significa que eso sea lo que se va a hacer ahí, o que esa sea la convocatoria.

Hasta ahí la aclaración. Ahora voy a dar mi opinión: las acciones de Rodea el Congreso me parecen interesantes, sobre todo el que se empiece a hablar de proceso constituyente por ejemplo, y creo que en este sentido la Coordinadora 25S está llevando a cabo un buen trabajo. En cuanto a la acción de los Clown, no propuesta por la coordinadora, pues no comparto ese medio de reivindicar o luchar, pero de igual modo que no me gustan las batukadas en las manifestaciones ni estoy de acuerdo con quienes llevan banderas anarquistas, porque no soy anarquista, pero entiendo que los fines de la manifestación o acción reivindicativa son unos, y que dentro de ellos pueden caber personas que no estén de acuerdo con todo lo que yo pienso y decidan, dentro de los límites de la acción, protestar a su manera.

Dicho esto, mi mayor crítica y que empieza a convertirse en desprecio por lo reiterativo, es a todas aquellas personas que diciéndose de izquierdas, planteando la necesidad de trabajar en frentes de masas, de crear espacios de confluencia y de aglutinar las luchas comunes para luchar contra el sistema, se dedican sistemáticamente a criticar y ridiculizar a todo aquello que escapa a su control o al de sus organizaciones, de las cuales son adoradores y fieles servidores. Lo siento, pero cualquiera que pretenda la formación de un frente de masas que desde sus inicios tenga plena conciencia de clase y esté ideologizado hasta la médula puede esperar sentado en el sofá escribiendo en Twitter hasta llegar al número de seguidores que tiene Justin  Bieber, porque es lo único que conseguirá en su lucha. Los frentes de masas son reflejo de la sociedad en que se vive, y aquellos que se consideran más ideologizados, más formados, o simplemente más experimentados, no deben más que sumarse a ellos y aportar desde dentro, de forma que sean el motor de dichos frentes y no, como ocurre ahora, un lastre que se mantiene al lado y que cuando el coche pilla un bache hace un sonido insoportable que nos recuerda que algo puede estar mal.

Para payasadas, las de los izquierdistas.