martes, 13 de marzo de 2012

Voluntariado, clientelismo y explotación.

Llevo doce años participando de forma voluntaria en la Asociación Infantil y Juvenil Mejor Juntos de Fuenlabrada, y por ello puedo decir que conozco medianamente bien la realidad asociativa y el voluntariado en muchos ámbitos, puesto que he sido presidente y tesorero en distintos momentos en dicha asociación, también he sido vocal en el Consejo de la Juventud de Fuenlabrada y participado en el Consejo de la Juventud de la Comunidad de Madrid que Esperanza Aguirre decidió hacer desaparecer a finales de 2010, y recientemente he participado en algún curso del Consejo de la Juventud de España.

Así mismo, nadie puede dudar que defiendo con uñas y dientes el asociacionismo voluntario en una sociedad cada vez más individualista y movida únicamente por el dinero. Pero, ¿qué es ese asociacionismo voluntario? Para mí, consiste en que un grupo de personas con unos objetivos comunes se unen para tratar de llevarlos a cabo sin tener como fin una recompensa económica, y llevando a cabo la toma de decisiones de manera democrática y participada por todos y todas, independiente de las administraciones públicas, empresas privadas u otras entidades ajenas a la asociación. Esto no quiere decir que no puedan recibir subvenciones o financiación alguna, pero sí que en ningún caso esa financiación debe condicionar los fines de la asociación ni su toma de decisiones.

Sin embargo, en esta entrada quiero mostrar varios problemas que he podido observar a lo largo de mi trayectoria en el mundo asociativo, y que en mi opinión lo debilitan y corrompen. El primero de ellos, muy presente en el asociacionismo fuenlabreño y amparado por las políticas del gobierno del PSOE en este ayuntamiento (igual que en otros muchos), consiste en el clientelismo. Esto consiste en que bajo la argumentación del fomento del asociacionismo, se llevan a cabo políticas públicas encaminadas a que las asociaciones se conviertan en una parte más de la administración, y sean controladas por el partido gobernante. ¿Como se hace esto? Pues hay diversas formas, entre ellas haciendo que las asociaciones gestionen programas o espacios municipales en los cuales tienen escaso margen de decisión a cambio de subvenciones o disponer espacios y publicidad para la asociación. Otra forma es la de favorecer la contratación de miembros de las asociaciones para ciertos programas o puestos de la administración, ya sea esta contratación a través de empresas públicas o vía subvención a la asociación. Todo esto lleva a una falsa apariencia de actividad asociativa en la sociedad, pero que en ningún caso será crítica o transformadora, sino más bien al contrario, actuarán para perpetuar en el poder a quienes gobiernan, puesto que su supervivencia y actividad depende de ellos. Así, del mismo modo, se condena a las asociaciones a su desaparición o nula implantación en la sociedad.

Otro de los problemas que sufre el voluntariado es su aprovechamiento para suplir lo que deberían ser trabajadores y trabajadoras asalariadas. Sirva de ejemplo para esto el voluntariado que propuso Ana Botella para suplir las necesidades en materia de dependencia en Madrid, pero también hay muchos otros ejemplos de personas que son utilizadas por empresas o asociaciones cuyos dirigentes sí que cobran y obtienen beneficios. Todo esto me parece de una bajeza moral enorme, puesto que se trata de aprovecharse de la buena intención de las personas en algunos casos, o de la necesidad de obtener experiencia o engordar el currículum en otros para incorporarse después al mercado laboral, que a su vez se verá precarizado y mal pagado debido a que existen voluntarios y voluntarias dispuestas a hacer el trabajo gratis.

Por último, no puedo dejar de reseñar una nueva forma de aprovechamiento de los y las voluntarias que se encuentra en la Reforma Laboral propuesta por el PP recientemente, y que propone obligar a quienes cobran prestaciones por desempleo a realizar trabajo "voluntario" (es decir, no remunerado) si quieren seguir cobrando la prestación. Esto no es admisible, en primer lugar porque obligar a ejercer un trabajo sin remuneración no puede ser considerado nunca como voluntariado (que suena más bonito) sino que tiene otro nombre: Explotación. En un segundo término, porque dichos trabajos voluntarios suplirán funciones de trabajadoras y trabajadores públicos, por lo que no hará sino incrementar el desempleo y con ello agravará más las consecuencias de la crisis. Y en tercer lugar, quiero recordar que la prestación por desempleo no es ningún regalo, sino que la pagamos cada trabajador y trabajadora con nuestras nóminas, y que por tanto amenazar con retirarla o sólo puede ser considerado como estafa o robo de estado. Y eso, sin olvidarnos de que el tiempo dedicado a realizar dicho trabajo no remunerado no podrá ser empleado en otras labores, como por ejemplo la de buscar otro trabajo.

Y una vez dicho todo esto, animo a todas las personas a asociarse voluntariamente unas con otras y luchar de ese modo por cambiar todo aquello que no nos gusta de este sistema cruel e injusto en que vivimos, pero teniendo siempre los ojos bien abiertos para evitar que se aprovechen de nuestras buenas intenciones, y exigiendo siempre cauces democráticos de participación en la toma de decisiones.

1 comentario:

  1. Buenos días, aunque no soy de Fuenlabrada he podido comprobar en mis propias carnes lo que apuntas. Como consecuencia de ello, estoy intentando iniciar un trabajo de denuncia sobre el tema, aunque creo que no es políticamente correcto, pero yo también soy un disconforme.

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