El enemigo equivocado

He estado este fin de semana en unos talleres organizados por Izquierda Unida en los que se trabajó sobre muchos e interesantes temas, de los que se pudieron sacar interesantes conclusiones. Sin embargo, me gustaría comentar hoy aquí algo que no salió en las intervenciones de los talleres sino en los descansos para fumar el cigarro y esas, y sin embargo, a mi me parece un asunto esencial si nuestra formación quiere obtener un apoyo importante en el futuro; se trata identificar nuestro adversario y nuestros defendidos, no sólo en lo político sino sobre todo en lo social.

Y es que estaremos de acuerdo en que la izquierda debe defender a la clase trabajadora y luchar contra quienes tienen el capital y se aprovechan de ello para apoderarse de los rendimientos del trabajo de otros. Hasta ahí está claro. Sin embargo, lanzo un par de preguntas, ¿es lógico que en nuestro país los autónomos y pequeños empresarios vean a Izquierda Unida como una amenaza y crean que quien les defiende va a ser el PP? ¿La defensa de los derechos de los trabajadores debe suponer una amenaza a los autónomos y pequeños empresarios?

Un autónomo es un trabajador por cuenta propia. Sin embargo, si observamos la realidad, se puede observar la existencia de muchos autónomos que no son tales, sino que para trabajar dependen de una única empresa que es quien les contrata el 99% de las veces, y que para contratarle la empresa ha exigido que este sea autónomo. En esos casos, ¿no estamos hablando de un trabajador normal al que su empresa le exige ser autónomo para ahorrarse costes como la Seguridad Social por parte de la empresa o los costes de despido? Creo que sí.

Además, existen otros autónomos y pequeños empresarios que suelen responder al perfil de una persona que pone en marcha un negocio relacionado con su oficio en el que él es un trabajador más y que puede o no contar con más trabajadores. En este caso, ¿cabe hablar de un trabajador o de un empresario? En muchas ocasiones estos pequeños empresarios y autónomos no hacen cuentas como las grandes empresas para llevarse beneficios a final de año, sino que el propietario suele asignarse un sueldo mensual, como a cualquier otro trabajador, y a partir de ahí ajusta los precios al máximo para poder ser competitivo. Por ello, yo mantengo que estas personas apenas obtienen rentas del capital, sino que lo que obtienen son rentas de su propio trabajo, y por ello Izquierda Unida no debe cometer el error de tratarles como a "el otro" o a "el enemigo", porque en realidad tienen mucho en común con el trabajador por cuenta ajena y además creo que en el modelo de Economía Sostenible que planteamos deben ser una pieza clave en sustitución de las grandes corporaciones transnacionales.

Es por ello que creo que no debemos caer en la trampa, e Izquierda Unida debe hablar del pequeño comercio, y ello significa hablar de los pequeños empresario y autónomos, no como un enemigo "capitalista" más, sino como una pata más de la clase trabajadora a la que queremos dirigir nuestro proyecto. Porque en los últimos veinte años, el PP ha conseguido hacer creer a estos autónomos y pequeños empresarios que defienden a todas las empresas, y que por contra la izquierda lucha contra ellos, cuando todos/as sabemos que los intereses de la derecha no son sino los de las grandes compañías, que son a su vez adversarias de los pequeños empresarios. Por tanto, debemos ser capaces de integrar también estos sectores dentro del proyecto de izquierda unida y ser capaz de trasladarles nuestro interés y apoyo. Sólo así seremos capaces de sacar a autónomos y pequeños empresarios de la "hipnosis" en que viven, creyéndose parte de las clases medio-altas y abogando por la llegada de la derecha al poder.