miércoles, 29 de febrero de 2012

Ataquemos

Hace mucho que no escribo en el blog, pero no ha sido por falta de temas o motivos por los que hacerlo, sino más bien por todo lo contrario, veo tantos motivos (reforma laboral, educación, sanidad, derechos básicos, dictadura de los mercados...) que no he sabido por donde empezar. Digamos que me he sentido como un boxeador que se enfrenta a Mike Tyson, que cuando se quiere dar cuenta está recibiendo tantos puñetazos que no sabe por cuál empezar a defenderse, y en lo que tarda en decidirlo, ha recibido un directo a la cara que le ha dejado KO.

Y en esas estamos todos y todas las trabajadoras, recibiendo una hostia detrás de otra e intentando defendernos como podemos para que nos hagan el menor daño posible. Sin embargo, como en el caso del boxeador, hay veces que es imposible defenderse, que es imposible ver de donde vienen los golpes. En esos casos, la única alternativa es tomar las riendas del combate, pasar a la ofensiva y ser tú quien da los golpes que duelen, que sea el otro quien deba defenderse.

Esa es la única salida para la clase trabajadora, dejar de sólo protestar porque nos quitan los pocos derechos que teníamos, porque reducen presupuesto en educación, porque privatizan los servicios públicos y mil cosas más, y empezar a EXIGIR (que no es lo mismo que pedir) mucho más, como es el incremente del salario mínimo interprofesional a, al menos, 1000 euros al mes, la reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales, el incremento del número de profesores en los centros de enseñanza públicos, la reducción del dinero destinado a subvencionar la enseñanza o la sanidad privada y concertada, una banca pública que cumpla con la función que esta debe tener en la sociedad, y muchas cosas más que merecemos porque no hemos sido nosotros y nosotras quienes hemos provocado esta crisis.

Hemos dejado al sistema mucho tiempo para que demuestre que tiene herramientas para funcionar, y no ha hecho más que demostrarnos que no las tiene, o al menos que no funciona para la mayoría trabajadora, mientras que sí lo hace para la minoría especuladora. Por ello, ha llegado la hora de dejar de defendernos y empezar a atacar al sistema, de pasar a la ofensiva y pedirle más y más, todos y todas juntas podremos hacerlo. Porque si algo se ha visto con movimientos como el 15M, la Marea Verde o las manifestaciones del 19F es que SOMOS MÁS. Y aunque el sistema se defienda utilizando toda su violencia, debemos usar todas las armas a nuestro alcance para que la crisis la paguen quienes la provocaron, y asegurarnos de que no tienen el poder para provocarla de nuevo.

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