viernes, 1 de marzo de 2013

Perdiendo hegemonía

Hay algo a lo que llevo dándole vueltas bastante tiempo y la conclusión a la que llego es que desde la militancia de izquierdas cometemos un error que consiste en decir que somos gente normal, parte del pueblo, como cualquiera, a diferencia de todas esas élites de los partidos del sistema que son parte de la élite capitalista, de los que dirigen, de la clase dominante, de aquellos contra los que hay que luchar. Y sin embargo, a la hora de la verdad, parece que no queremos serlo, y eso nos condiciona hasta tal punto que no somos capaces de llegar a ese pueblo, a esa gente normal, a la que necesitamos incorporar inevitablemente a una lucha de la que deben ser y sentirse protagonistas si verdaderamente queremos cambiar el sistema y convertirlo en un sistema dirigido por la mayoría en interés de la mayoría.

Se que parece exagerado, pero voy a argumentarlo en base a un ejemplo que no es más que uno de tantos, pero creo que resulta especialmente significativo. Me apasiona el deporte, y por ello leo habitualmente noticias de la prensa deportiva, algo que hace una parte enorme de la clase trabajadora (lo que explica que al menos hasta hace poco, Marca fuera el diario más leído en España, y no se si lo sigue siendo). El caso es que viendo hoy la web de Marca, me doy cuenta que en toda la página de portada sólo aparecen dos menciones a mujeres, una es sobre "las novias que todos queremos tener" que habla sobre modelos y actrices prototipos de belleza, y la otra es sobre "la vecinita de Lebron James", que como supondrán no está ahí por ser una afamada deportista ni tener especial relevancia en el deporte, sino que va acompañada de su correspondiente foto sugerente y con no demasiada ropa. A parte de esas dos menciones a mujeres (ninguna referente a su papel deportivo, sino sólo como objetos sexuales) hay como 85 noticias más que hablan sobre deporte masculino.



Me da vergüenza, y me dan ganas de no volver a leer el periódico, por ello acudo a otros medios y ocurre aproximadamente lo mismo... No puede ser, me digo, en los medios de izquierdas esto no puede ser así, y al acudir a ellos me encuentro en que efectivamente no es así, porque directamente carecen de sección de deportes. Y entonces es cuando hilo todo esto con el comienzo de la entrada, y es que puedo entender que desde la izquierda el deporte no sea considerado como el centro del mundo, ahora bien, prescindir de él totalmente no deja de ser rechazar un ocio, y no creo que desde la izquierda estemos en contra del ocio, que lo queramos o no es importante para una gran parte de ese pueblo, esa clase trabajadora a la que queremos llegar, es decir, no es otra cosa que vivir alejado o rechazando una parte de esa clase trabajadora. Y además, como ese reclamo de ocio va a seguir existiendo, dejamos que sea el sistema el único que oriente ese ocio, creando únicamente referentes masculinos y manteniendo con ello un sistema patriarcal, alabando la conversión de los clubes en sociedades anónimas, lo que conlleva alabar al propio sistema capitalista, creando en torno al fútbol un discurso patriotero e infantil que cala, o fomentando el discurso antipolítica y tratando de antisistemas a aficiones de izquierdas pero alabando como "mejores aficiones" a inmensos grupos de ultras neonazis y fascistas.



Luego nos preguntamos por qué la derecha nos gana por goleada en cuanto a hegemonía cultural, por qué no somos capaces de llegar a gente que debería ser nuestra y sí lo hacen aquellos que en realidad les quieren para explotarles. Pues a lo mejor, y digo sólo a lo mejor, porque hemos cedido la batalla de las ideas y cedido al sistema espacios aparentemente ajenos a la política pero que es donde en realidad se puede ganar mucho en esa batalla por la hegemonía cultural, y con ello no hacemos más que alejarnos del pueblo del que decimos ser parte.

1 comentario:

  1. A mí ya me tienes convencida sobre este tema...después de todo lo que te costó. Y como resultado conseguí que expongas tus argumentos acerca de la cuestión con esta claridad y coherencia. (jejeje).
    Quizá podrías hacer algo: por ejemplo, colaborar como redactor deportivo para algún periódico digital o programa de radio progresista.

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