Durante la reunión han salido temas diversos, buenas ideas y matices de importancia, pero ha habido un tema de especial relevancia que ha sido el centro del debate. Dicho tema ha salido a la luz cuando se ha planteado que había organizaciones que ya hacían una labor parecida, como podían ser Cruz Roja o Cáritas, y que tal vez deberíamos aprovechar su trabajo en ese sentido y trabajar junto a ellos, ya que se trataba de dar alimento a aquellos que más lo necesitan. Ante esto, se ha hecho necesario debatir al respecto porque lo que prácticamente todas y todos los presentes teníamos claro es que no queríamos realizar la labor que lleva a cabo Cruz Roja o Cáritas, sino algo distinto. ¿En qué consiste la diferencia?
La diferencia se puede ver claramente tomando como ejemplo la iniciativa de lucha social llevada a cabo por el pueblo de mayor éxito en los últimos años en España: la lucha contra los desahucios y por el derecho a la vivienda. Respecto a la vivienda había un problema claro, y era el hecho de que hay muchas personas que se estaban quedando sin vivienda, al igual que respecto a la alimentación el problema es que muchas personas no tienen recursos para poder alimentarse. Ante ese problema, la falta de vivienda, se podía optar por varios caminos. Uno podía haber sido tirar de la bondad del pueblo, de familiares, vecinos, vecinas y amigas de los y las afectadas, y tratar de que entre todas hiciéramos un hueco en nuestras casas a aquellas personas que se quedaban sin lugar en que vivir, porque pobrecillas, se van a quedar durmiendo en la calle. Eso traducido al alimento, son Cáritas o Cruz Roja, se apela a la bondad de la gente para que done parte de sus alimentos a la gente pobre, a las personas necesitadas, porque pobrecillas, no tienen qué comer.
Sin embargo, la PAH y todo el movimiento "Stop desahucios" no optó por ese camino, sino que abrió otro. La lucha contra los desahucios se enfrentó al poder, y dijo que el problema no era que no hubiera casas para todos y todas y por tanto tuviéramos que compartir, sino que por el contrario dijo que había casas para todas, pero que una serie de impresentables y las entidades financieras que manejaban se estaban apropiando de las casas para hacer negocio con ellas, y que eso no podía ser, que eso tenía que acabar. Y ahí surgen las acciones encaminadas a parar desahucios, lo que conlleva dos cosas, por un lado enfrentarse a las entidades financieras y sus esbirros del poder político hasta quitarles parte de ese poder, quitarles el poder de decidir quitar a alguien su hogar, pero por otro hacer ver a las personas afectadas que pueden ser parte activa en la resolución de sus problemas, y a la vez involucrarse con otras personas para solucionar problemas similares, imponiendo a quienes tienen el poder medidas que no quieren aceptar. Y en ese sentido, la lucha contra los desahucios se complementado y todavía puede ser acrecentada con la creación de un movimiento okupa colectivo que obligue a los poderes a ir más allá, y a garantizar verdaderamente una vivienda para todos y todas las personas y familias.
Hemos visto que esa línea de empoderamiento colectivo va logrando resultados, poco a poco, pero va obteniendo victorias sostenibles en el tiempo. Por el contrario, si se hubiera optado por la primera opción, por la opción de compartir casas con quienes se veían afectadas por un desahucio, probablemente se hubiera llegado a una situación límite, a una situación en la que el espacio no daría para más, en la que viviríamos hacinadas en unas cuantas casas mientras las entidades financieras serían propietarias de una inmensa cantidad de viviendas vacías que venderían a precio de oro a aquellas pocas personas que pudieran pagarlas. La situación, poco a poco, se habría vuelto insostenible.
Pues con la comida pasa exactamente lo mismo. El modelo de caridad, el modelo Cáritas y Cruz Roja, en el que unas cuantas personas bondadosas donan parte de lo suyo para que se alimenten los pobres, es insostenible, paternalista y no ataca al poder que provoca la situación en que las personas se ven despojadas de la posibilidad de acceder a los alimentos. Hay que llevar a cabo una nueva vía, un nuevo camino, análogo al que la PAH abrió en el tema de los desahucios. Hay que identificar cuáles son las grandes entidades criminales que tienen los alimentos y que hacen negocio con ellos importándoles una mierda lo que sufran las personas que no pueden acceder a ellos. ¿Quienes son esas entidades que nos despojan del derecho a sobrevivir y alimentarnos?
Yo lo tengo muy claro: las grandes cadenas de distribución, ya sea Mercadona, Carrefour, Alcampo o Hipercor. Esas cadenas son los bancos del negocio de la alimentación, son quienes tienen el poder sobre los alimentos, y es contra ellas contra quienes hay que luchar. Hay que exigirles conjuntamente, involucrando y haciendo parte activa a aquellas personas que no tienen dinero para alimentarse, que su negocio no esté por encima del derecho a alimentarse de las personas, hay que exigir que donen parte de sus productos a los bancos de alimentos, que no tiren comida a la basura, sino que la pongan en manos de aquellas personas que no tienen qué llevarse a la boca. Y como se ha dicho hoy en la reunión, eso no lo van a hacer por las buenas, como las entidades financieras no accedían a la dación en pago o al alquiler social por las buenas, sino que hay que presionarles, utilizar la fuerza del pueblo para ponerles de rodillas ante el mismo, ya sea mediante la negociación en un primer momento, pero si esta no resulta y si entre todas nos organizamos, de maneras más drásticas, bien boicoteando a las cadenas de distribución que no accedan a las peticiones, o utilizando el ejemplo de Gordillo en el Mercadona si es preciso.
Así, poniendo el énfasis en la diferencia entre caridad y lucha por los derechos es la única manera de solucionar verdaderamente los problemas, enfrentarse a los poderes que sostienen este mundo de mierda, enfrentar al capitalismo, crear verdadero y permanente poder popular, y de esta forma crear un mundo nuevo, distinto, en que domine el conjunto de la clase trabajadora y no sólo quienes poseen el capital.
Esta es la postura que he defendido hoy con vehemencia en la reunión de la plataforma que antes he mencionado que se está creando en Fuenlabrada, y me ha alegrado enormemente constatar como la mayoría de gestos y comentarios posteriores eran acordes a lo que tanto yo como otras compañeras expresábamos, por lo que finalmente ha quedado reflejada esta postura en los acuerdos tomados, alejándonos del modelo asistencial y paternalista de las mencionadas Cáritas y Cruz Roja. Por eso, hoy, he salido enormemente satisfecho de lo que con tanto esfuerzo y lentitud vamos creando en la ciudad de Fuenlabrada.
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