El Frente Cívico no es un partido político, sino que es un movimiento social de ámbito estatal que ante la actual situación de secuestro de la democracia por los poderes financieros y empresariales, pretende formar un contrapoder popular para imponer que se legisle en beneficio de la mayoría atacada y puteada diariamente por el sistema, en lugar de para los poderosos como se hace actualmente. Para ello, el Frente Cívico se organiza en asambleas de municipios y/o comarcas para poder crear poder popular desde la base, de manera democrática y participativa.
La principal característica de este movimiento que lo diferencia de otros surgidos en los últimos tiempos es que tiene un carácter propositivo, es decir, pretende crear y organizar ese contrapoder en base a propuestas claras, concretas y asumibles por la mayoría, y no exclusivamente a través de la protesta. En ese sentido, se parte de diez propuestas básicas y los derechos humanos como punto de partida de esa propuesta de mayoría, asumible y que supone romper radicalmente con la actual línea de recorte de derechos básicos de la ciudadanía. Sin embargo, esas propuestas básicas no son algo cerrado e inmutable sino todo lo contrario, pues debe ser el debate de estas y nuevas propuestas dentro y fuera del Frente Cívico uno de los ejes que den sentido a este movimiento.
Pero además de su carácter propositivo, este movimiento puede y debe aportar más cosas para ser realmente útil y ayudar a que se produzcan los cambios políticos y sociales que una inmensa mayoría de la sociedad desea. Así, desde el Frente Cívico se es consciente de que no podemos erigirnos como el movimiento definitivo, ni como el movimiento que por sí solo pueda cambiar el sistema y solucionar todos los problemas. Es decir, no pretendemos sustituir o suplantar la labor de otras organizaciones y movimientos sociales existentes, precisamente porque somos conscientes que la lucha no ha empezado ahora, y por ello sería una inutilidad, una falta de respeto y un gesto de prepotencia situarnos por encima o pretender desplazar a quienes llevan meses, años y décadas luchando por el cambio.
Por el contrario, el Frente Cívico debe situarse al lado de los movimientos sociales existentes y de toda la ciudadanía, para tratar de unir a toda la mayoría oprimida y puteada diariamente en torno a unas demandas concretas y entre todas y todos, encontrar las formas para, usando las herramientas y métodos que disponemos (o que decidamos crear), ser capaces de imponérselas a la clase actualmente dominante. Porque la democracia debería ser el gobierno de la mayoría trabajadora en beneficio de esa mayoría, y no como es actualmente, el gobierno de una minoría privilegiada para sangrar a una mayoría explotada. Para ello, para lograr ese cambio, la única posibilidad que nos queda es luchar, organizarnos, unirnos y derrotar a esa minoría dominante. Ese es el objetivo del Frente Cívico, y para lograrlo no queda más remedio que trabajar desde la base, desde el ámbito local, y por ello animo a todas las personas a participar este sábado en el acto de presentación, pero especialmente a participar en la creación de ese contrapoder popular ya sea desde el Frente Cívico o desde cualquier otra organización o movimiento social que tenga objetivos similares. Porque si pretendemos un cambio, lo importante es echar a andar, y si nos dirigimos al mismo sitio, por el camino de la lucha nos encontraremos.
Más que echar a andar, viendo los acontecimientos, se necesita echar a correr. Por lo demás, estoy completamente de acuerdo.
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